viernes, 13 de marzo de 2009

Despedida


“Eres un tipo estupendo. Siempre se puede contar contigo.” Esas eran las frases que día a día se almacenaban entre las paredes del viejo edificio en el cual prestaba sus servicios.

Trabajaba feliz. No le importaba ser el primero en comenzar la jornada laboral y el último en finalizarla, porque le gustaba lo que hacía. Disfrutaba cuidando de lo que ya consideraba como algo suyo.

Pero un día llegó la fatídica noticia. Una persona desconocida, ciudadano de una tierra lejana, tras un duro pero injusto examen, había sido el elegido para ocupar la plaza de trabajo que el tipo estupendo había cubierto durante algo más de cinco años.
La sonrisa que cada día mostraba su rostro, de repente se transformó. Se convirtió en un semblante triste, preocupado, con mirada perdida.

“No quiero pedir favores” se repetía constantemente. “Pero ¿por qué nadie se molesta por mi?, ¿por qué nadie intenta que no me vaya?, ¿por qué no se mueven para que me quede?. Quisiera que alguien se interesara, que me demostraran que realmente han valorado los esfuerzos que he hecho a lo largo de estos años".

Sólo oyó buenas palabras. En algunos momentos, incluso, creyó en las buenas intenciones que entraban por sus oídos en un despacho y en otro. Pero todo eran falsas esperanzas. Sus ilusiones se desvanecieron cuando, irremediablemente, el desconocido llegó y tuvo que recoger sus pertenencias y despedirse definitivamente.

Desde el primer día de ausencia, lo echamos de menos.

miércoles, 11 de marzo de 2009

11 M

Explicaciones económicas básicas

Unas básicas explicaciones para "torpes económicos" como yo.






domingo, 22 de febrero de 2009

Cambios

Esta mañana, como casi todos los domingos, me he levantado y tras finalizar parte de las labores doméstica, me he sentado delante de la pantalla del ordenador para abrir la página del Diario de mi tierra y ver si habían publicado alguno de los artículos “familiares” que, mi padre, vía email, me hace llegar para que le comente mis pareceres. Es una satisfacción el que cuente con mi opinión.


Recordando viejos tiempos – ¿otro síntoma de vejez?-, me di cuenta que algo había cambiado en mi vida -hace muchos años, no puedo recordar cuántos-, mientras comía el postre en una de las sobremesas dominicales en las que mi padre y mi madre mantenían largas conversaciones. Hasta esa fecha, me dedicaba a comerme mi fruta, postre habitual en mí, prestando atención a lo que hablaban mis progenitores, intentando aprender, pero sin soltar palabra. En general, me encantaba escuchar los diálogos de los “mayores”.
Pero ese domingo, las palabras salieron. Imagino que porque trataron un tema que me atraía especialmente y porque, además, sabía algo al respecto. Así que metí mi cuña cual anuncio radiofónico que en un momento de exaltación despierta el interés de los escuchantes … En el silencio de las pausas que hice mientras exponía los pensamientos en viva voz, esos que siempre estaban en mi cabeza pero que no salían al exterior, fui consciente de que las miradas se centraban en mí y mostraban interés. Me escuchaban con atención y de alguna manera asentían sin mover la cabeza. El colofón fue escuchar cuando finalicé: Pues tienes razón, no lo había pensado, lo tendré en cuenta.


De justicia, montería y repulsión

http://www.diariodeleon.es/noticias/noticia.asp?pkid=437020




martes, 17 de febrero de 2009

AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS

Esta tarde vino la melodía a mi cabeza y me ha traído muy buenos recuerdos. Me encantaba la serie. Salía los lunes corriendo de clase para llegar a verla. Las carreras que me echaba, alguna que otra vez, me llevaron a tocar el resbaladizo suelo de las frías noches que hacían por aquel entonces.Pero merecían la pena hasta las caídas con tal del llegar a tiempo.
Ahí dejo la cabecera de la serie para seguir recordando.






Creo que comienzo a hacerme mayor, estaba pensando que los inviernos ya no son como los de antes ...

jueves, 12 de febrero de 2009

INSTRUCCIONES PARA LLORAR

INSTRUCCIONES PARA LLORAR
(Julio Cortázar)
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Llegó eL pEqueñO


Estos días he imaginado que se puede sentir cuando, de repente, pasados nueve meses, aparece una nueva personilla en tu vida. Cuando todo comienza a girar entorno a ella, y las prioridades que antes existían pasan a un segundo plano. Cuando cualquier pensamiento y decisión es por y para él. Cuando la casa se llena de flores recibidas a consecuencia de su nacimiento, de pequeñas ropitas, de pañales, de cremas, de cunas, de carritos, de juguetes …

Me pregunto si realmente llegará ese momento a mi vida. Si alguna vez todo girará entorno a una persona que ha nacido de mí. Si pasaré por ese momento indescriptible...

lunes, 2 de febrero de 2009



Things haven't been the same
since you came into my life,
you found a way to touch my soul
and i'm never, ever, ever gonna let it go.







lunes, 19 de enero de 2009

Secreto











¡Calla!, que es secreto.
que nadie lo oiga,
que nadie lo sepa,
que nadie lo intuya,
que lo ignoren.
Pero que exista,
que no muera,
que resista,
que no se destruya.
Que viva contigo,
que permanezca,
que no salga.
¡Calla!, que es secreto.

domingo, 21 de diciembre de 2008

¡Nieva!.¡LLueve!.¡Hace sol!

-¿Sabes?, ¡está nevando!, le susurró al oído.
Él se despertó, levantó su cabeza y no pudo evitarlo, abrió la persiana y observó como los grandes copos de nieve se depositaban sobre el suelo del patio formando un ligero manto blanco.

-¿Sabes?, ¡está lloviendo!, le dijo.
Él se asomó a la ventana, con su mano quitó el vaho acumulado y pudo ver las gotas que con la ayuda del viento chocaban contra la ventana y resbalaban.

-¿Sabes?, ¡el sol brilla!, le gritó alegre.
Él retiró la cortina y permitió que los rayos de sol entraran a lo largo de la habitación e iluminaran cada uno de los rincones.


Sabía disfrutar de la fría dulzura de la nieve, la húmeda tristeza de la lluvia y cálida alegría del sol.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Recuerdos y recuadros

Durante los primeros doce años de mi vida, lo vi colgado en el pasillo. Tenía un marco feo, color oro pasado, que lo deslucía. Pensaba que mi padre, aficionado a las pinturas, era el autor del mismo (si Renoir levantara la cabeza...).
Al igual que en el Retrato de Dorian Gray, este cuadro adquirió una importancia especial en mi vida pero, afortunadamente, sin parecido alguno a lo que el relato de Wilde narraba.
Vivíamos en una enorme casa en la que varios lienzos (algunos originales de mi progenitor, otros plagios) estaban distribuidos por el salón y por un pasillo interminable. Los colgados en las paredes de este último era habitual encontrarlos con esquinas machacadas y alguna que otra magulladura en el marco, consecuencia de las duras competición que con los patines o la bici hacíamos pasillo arriba, pasillo abajo.

El cuadro de las chicas al piano de Renoir, fue uno de los que más daño sufrió. No sé muy bien cómo pudo pasar, pero en un momento de exaltación de la competición, salió disparado del lugar en el que estaba colgado, chocó contra una mesita y cayó al suelo con un corte alargado en el centro, que permitía ver luz al otro lado.

-¿Isa, qué hacemos.?- Le dije a mi hermana que por ser la mayor siempre tenía ideas brillantes.
- Espera, me respondió. Y volvió con un rollo de esparadrapo en la mano.

Retiramos, intentado que no se notara demasiado, el papel que protegía la parte trasera del cuadro y pegamos una tira de esparadrapo a lo largo de toda la abertura. Con una mezcla de pinturas de cera, temperas y todo aquello que podía dar color, creamos un parche que, la verdad, para no dedicarnos a esto y teniendo en cuenta la edad, quedo bastante bien.

-Corre corre, que viene mamá...

Lo colgamos y corriendo me senté al piano y mi hermana se situó a mi lado y disimulaba diciéndome lo mucho que le gustaba la pieza que comencé a interpretar.

Desde entonces, cuando preparabamos alguna de las travesuras infantiles cuyo resultado era, como mínimo, poner parches, unir partes o borrar manchas, antes de que mis padres pudieran darse cuenta que algo "malo" ocurrió, lo arreglabamos e ibamos corriendo al piano para aparentar nuestra inocencia con una alegre y sencilla melodía.

http://es.youtube.com/watch?v=cuQB2vL7q-c

domingo, 30 de noviembre de 2008

The Ugly duckling



And then it was spring once more. And early one morning, the ugly duckling came across three swans on a lake. "I don´t want to suffer any more", he thought. I´d rather be killed by these noble creatures. And he swam towards them and bowed his head. But what did he see in the water?. Not a plump, ugly, grey bird, but a graceful white bird!. The three sawns swam round him. Welcome! they cried, and they stroked his neck with their beaks.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Música eres y en música te convertirás


Sal hoy SOL,
que SI sales,
LA alegría de sentir
tus rayos sobre MI
danDO calor,
harán que REluzca
y FluyA la música.

lunes, 27 de octubre de 2008

Echó hacia atrás el revoltijo de sábanas y mantas, se pegó un empujón moral y decidió levantarse. Un día así no se podía desperdiciar. Abrió las cortinas y vio la luz. El sol otoñal brillaba y realzaba el azul del cielo y los tonos ocres de las hojas desprendidas sobre el suelo del patio interior de la casa.
¿Cómo he llegado hasta aquí?, se preguntó. ¿El camino de baldosas amarillas terminó y había llegado al destino?.Y el Mago de Oz, ¿por qué no estaba?. Se resistía a creer que había llegado al final. Quería encontrar un desvío alternativo que le permitiría seguir.
Y ese era el día para encontrarlo.
Se calzó sus zapatillas rojas, las golpeo tres veces y comenzó la busqueda del nuevo camino, armada de valor como un león, de todo el corazón que le falta a un hombre de hojalata y de la razón inexistente en un espantapájaros.

domingo, 26 de octubre de 2008

Ascenso descendiente






Arriba y abajo, arriba y abajo, abajo... Así se mueven mis ánimos.





Son como una bola que, sujetada finamente, se encontraba en lo alto de una onda, en equilibrio. Pero de repente, “alguien” la tocó. Un simple empujoncito hizo que comenzara el camino, que empezara a caer con velocidad no constante. Siempre llegaba abajo, a lo más hondo. Pero su propia inercia hacía que no se quedara parada, que iniciase otra vez su ascenso. Cuando iba con suficiente energía era capaz de volver a alcanzar la cresta e incluso mantenerse en lo alto durante minutos, horas, incluso días... Hasta que otro empujón hacía que cayese.
Ahora la inercia no es suficiente, el camino de ascenso se ha convertido en una pared resbaladiza, sin apoyo alguno que ayude, sin apoyo sobre el que colocar un pie para dar un salto y alcanzar cumbres de nuevo.