lunes, 27 de octubre de 2008

Echó hacia atrás el revoltijo de sábanas y mantas, se pegó un empujón moral y decidió levantarse. Un día así no se podía desperdiciar. Abrió las cortinas y vio la luz. El sol otoñal brillaba y realzaba el azul del cielo y los tonos ocres de las hojas desprendidas sobre el suelo del patio interior de la casa.
¿Cómo he llegado hasta aquí?, se preguntó. ¿El camino de baldosas amarillas terminó y había llegado al destino?.Y el Mago de Oz, ¿por qué no estaba?. Se resistía a creer que había llegado al final. Quería encontrar un desvío alternativo que le permitiría seguir.
Y ese era el día para encontrarlo.
Se calzó sus zapatillas rojas, las golpeo tres veces y comenzó la busqueda del nuevo camino, armada de valor como un león, de todo el corazón que le falta a un hombre de hojalata y de la razón inexistente en un espantapájaros.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

ayy, a veces hace falta ese empujón, un beso!!

Rober dijo...
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King.COM dijo...
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King.COM dijo...

Perdona que me repita como el chorizo, pero no podía dejar de sentirme alagado por la actualización tan súbita de tus datos personales, que casi no daba crédito a lo que leía.

Mil gracias por un lado, y enhorabuena por la parte que te toca. Ojalá lo pongas en práctica a diario. ;)

...King.COM aka Awlboy

Soulman dijo...

Brillante, te has apropiado de uno de los cuentos infantiles màs famosos y ni siquiera podrían acusarte de plagio...muy cierto, hay que levantarse de nuevo, el problema es cuando uno es el hombre de hojalata o el espantapájaros, ser Alicia es más fàcil.