miércoles, 6 de enero de 2010

Generaciones

No sólo tenemos un nuevo miembro en la familia que ya va a cumplir un añito, sino que tenemos también un nuevo seguidor de la Marcha Radetzky que finaliza el Concierto de año nuevo que se celebra cada año en Viena.

Todos los uno de enero, hacia la una de la tarde, se oye la voz de mi padre por el pasillo: ¡Qué empieza!. Rápidamente, atendiendo al reclamo, toda la familia nos reunimos alrededor de la tele y, tocando palmas, tarareamos la marcha.

Al principio él estaba sorprendido, no sabía muy bien lo que ocurría. Pero rápidamente levantó la mirada desde el suelo en el que gateaba, se incorporó y comenzó a bailar moviendo el tronco de de un lado hacia otro mientras también aplaudía.

Las tradiciones van pasando de generación en generación.


Ahí va la versión del año pasado que, haciendo balance, tuvo momentos inolvidables.