domingo, 26 de octubre de 2008

Ascenso descendiente






Arriba y abajo, arriba y abajo, abajo... Así se mueven mis ánimos.





Son como una bola que, sujetada finamente, se encontraba en lo alto de una onda, en equilibrio. Pero de repente, “alguien” la tocó. Un simple empujoncito hizo que comenzara el camino, que empezara a caer con velocidad no constante. Siempre llegaba abajo, a lo más hondo. Pero su propia inercia hacía que no se quedara parada, que iniciase otra vez su ascenso. Cuando iba con suficiente energía era capaz de volver a alcanzar la cresta e incluso mantenerse en lo alto durante minutos, horas, incluso días... Hasta que otro empujón hacía que cayese.
Ahora la inercia no es suficiente, el camino de ascenso se ha convertido en una pared resbaladiza, sin apoyo alguno que ayude, sin apoyo sobre el que colocar un pie para dar un salto y alcanzar cumbres de nuevo.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

uhmm, te presto mi banqueta?? no sirve para mucho, pero por lo menos se ven las cosas desde arriba, en otra perspectiva... un beso!!!

narradora de bolsillo dijo...

Sí, por favor. No se si veré mucho más o diferente pero, sin duda, la moral estará más alta.
Gracias.

Soulman dijo...

Ójala se pudiera tener un triángulo en "equilibrio" en lugar de una bola...así sólo podría desestabilizarse con los golpes duros de las circunstancias, y haría a la vida màs segura, tranquila, relajada ...y tan insulsa..