martes, 12 de octubre de 2010

LUCHA!

Siempre se dice, pero una vez más se vuelve a confirmar. ¡Qué injusta puede llegar a ser la vida!. Superas una de esas temibles enfermedades una vez y te ilusionas, más si cabe, por vivir. Pero, de repente, un día de esos en el que te hacen una prueba rutinaria, la pesadilla comienza de nuevo y lo malo esta vez es que, probablemente, no despiertes de ella. El único pensamiento que pasa por tu cabeza es evitar que los demás sufran pero, ocultar lo que te ocurre probablemente haga más daño ¿o no?. Todo son dudas las cuáles nadie te puede ayudar a resolver. Luchas contra tu sentimiento de rabia, de impotencia, de alejarte del mundo conscientemente sin sufrir. Todo es luchar, contra ti mismo y contra tu enfermedad que cada vez te debilita más y más.

Pero tienes que ser fuerte, no puedes tirar la toalla. ¿Y si las cosas dieran un giro de 180 grados y de repente comienzas a mejorar?. Pero ¿si no es así y todo transcurre tal y como el médico te ha explicado y como has oído en cientos de casos similar al tuyo?.

Podría hacer una lista de todas las cosas que has conseguido y las que aún te quedan por hacer e ir tachando una a una las que faltan. ¿Y si quedase alguna sin tachar? .Te irías con un sentimiento de frustración probablemente. O quizás antes de morir mirases la lista y pensaras: no ha ido tan mal esta vida. ¡Cuántas cosas logré!.

Tanto que pensar, tanto que hacer y tan poco tiempo por vivir.